El Real Madrid rescató un 2-3 ante Atalanta en Bérgamo en un partidazo de ida y vuelta. El merengue trae a España tres puntos de oro que le permiten seguir soñando con la posibilidad de meterse en octavos de Champions de manera directa. Los dirigidos por Ancelotti aparecieron en momentos complicados y lograron marcar una diferencia.

Victoria sufrida, luchada y merecida. De visitante ante el líder solitario de la Serie A, el Madrid estaba obligado a ganar. No solo aseguraron tres puntos en el avión de regreso a España, pero regalaron un auténtico espectáculo. 2-3 que despertaron más de una emoción fuerte en los hinchas blancos. Por cómo se dio el encuentro y cómo se llegó al resultado, ha sido un partido de novela. Una montaña rusa de emociones.
En la previa, Tchouaméni sorprendía al escribir su nombre en el XI titular, nuevamente como zaguero central. Aparecía nuevamente Vinicius Jr. en una oncena de Champions League, algo que huele a gol asegurado. No obstante, el primero en destacar y sacarse una espina en el torneo continental fue Kylian Mbappé. El francés dejó caer una mochila cargada con presión mediática al anotar un golazo que rompió el marcador a los 10’ del primer tiempo. Los merengues, jugadores e hinchas, pueden respirar tranquilos por ahora. El alivio se percibe hasta el banquillo.
A pesar de la alegría, ‘Kiki’ cayó tendido en el suelo faltando pocos minutos para el descanso. El diagnóstico del cuerpo médico que ingresó al campo fue sugerir la sustitución del delantero, quien había anotado su gol 50 en Champions League. El elegido para salir fue Rodrygo. El goleador de Qatar 2022 se sumó a la larga lista de lesionados que tien el club blanco.
Un 0-1 no fue suficiente para los amantes de este deporte. El Atalanta creció. En su estadio y con su gente, que empujó y alentó, los locales pudieron presionar y sacarle alguna buena intervención a Courtois. En un pase filtrado venenoso, el experimentado Kolašinac cae en el área. Lo que los hinchas merengues temían: el riesgo de Aurelien de central no era casualidad en la previa. El belga De Ketelaere se encargó de canjear penal por gol y nivelar el marcador antes del medio tiempo.
La segunda mitad fue más luchada al inicio. El Real Madrid quiso encontrar cómo entrarle al local, pero el balón no pasaba filtrado. Un error defensivo colocó a Vinicius en una posición muy favorable. Con un solo toque pudo poner arriba a su equipo en el marcador. Minutos más tarde, Jude Bellingham encontró un balón largo por la banda, se metió al área y anotó de zurda tras zafarse de un rival. Las noches mágicas del Madrid en la competición parecían haber regresado. Los goles del brasileño y el fútbol del inglés los colocan como referentes del equipo en jornadas de Champions. Regresa el alivio y el aire a los madrileños.
Nada le regala nada a los de Ancelotti. El sufrimiento siempre estará presente. Ademola Lookman, el hombre encargado de cortarle el invicto a Xabi Alonso en 2023-24, se encargó de agregarle fuego al partido, que ya soltaba mucha gasolina. Su disparo no solo reventó el arco de Courtois sino que también le pasó por las piernas a Lucas Vázquez. Nada se pudo hacer y las cosas ya estaban 2-3, con mucho partido por delante. Si no se sufre, la gratificación no es igual.
El encuentro fue de ida y vuelta. El último sufrimiento de la noche llegó cuando Retegui intentó definir como si estuviese rechazando la pelota desde su propia área. Ya en los descuentos, el resultado estaba cantado. Nuevamente, el trío Vini-Kilyan-Jude sacó su jerarquía y demostró lo que significa el Real Madrid. El equipo que sufre y enfrenta a obstáculos, pero que lucha y nunca se da por vencido. Regla número 1 en Champions: al merengue no lo das por muerto.